Capítulo
1
Once meses después en el Sur de California.
Bella suspiró y se ajusto los auriculares del MP3 que llevaba en
el bolsillo delantero de su pantalón de algodón. Las temperaturas cálidas le
hacían sudar incluso a las once de la noche. La brisa ligera abanico su piel
cuando abrió la ventana. El sistema de aire acondicionado de su dormitorio se
había vuelto a estropear. Los equipos de mantenimiento todavía estaban
solventando los problemas técnicos del recién construido edificio.
Se acercó a las puertas del balcón que tendía a dejar abiertas y
salió a disfrutar de la agradable brisa que ayudaría a refrescar su cuerpo
acalorado. Ella tomó un sorbo de agua fría de la pequeña botella de plástico
que había cogido de la mini-nevera cuando entró en su apartamento.
Se apoyó en la barandilla y miro hacia abajo. Vivía en el tercer
piso del Homeland. Y acababa de terminar su turno. Su atención se desvió hacia
el muro de seguridad de aproximadamente diez metros de altura y que patrullaban
los guardias.
El edificio nuevo tenía un parque de cinco mil hectáreas y estaba
rodeado por árboles. Era su segundo día viviendo allí. El edificio era una
donación del gobierno para albergar a los supervivientes de Industrias Mercile.
Era un oasis apartado del resto del mundo donde podrían vivir y adaptarse a la
libertad dentro de una comunidad segura. Necesitaban un refugio seguro.
Cerró los ojos y recordó el día que Mercile fue asaltada por las
fuerzas del gobierno y la ley. Otras tres plantas de pruebas fueron
descubiertas. Las víctimas fueron puestas en libertad, pero no todos ellos
habían sobrevivido el tiempo suficiente para ser rescatados.
El número de sujetos muertos estaban en los cientos y esas
pérdidas habían roto su corazón.
Bella se obligó a abrir los ojos. Cuando llevaba dos años
trabajando en el edificio administrativo de Mercile fue abordada por el agente
Víctor Helio. Él le había contado que había rumores sobre una instalación
secreta allí que investigaba con drogas ilegales en seres humanos. La policía
había tratado de introducir a agentes encubiertos, pero Mercile se había negado
a contratar a gente de fuera. Como ya era una empleada de Mercile no levanto
sospechas cuando pidió la transferencia a una de sus instalaciones de
investigación.
El horrible hecho de que investigaran con seres humanos le hizo
acceder a espiar para ellos. No aceptaron su petición hasta seis meses después.
Entonces conoció al 416 y a los otros. Sus vidas eran un infierno. Ella había
arriesgado su vida por conseguir esos archivos. Y gracias a ellos un juez
ordenó el asalto al establecimiento.
Ella suspiró. Pregunto muchas veces si él estaba vivo y nunca le
contestaron. Según la policía, eso violaba la política de protección de las
víctimas.
Muchos habían sido asesinados antes de que la policía llegara a
las zonas subterráneas donde los mantenían. Por lo que sabía, el 416 podría
haber muerto encerrado en su celda sin saber que la ayuda había tratado de
llegar hasta él. Se le rompió el corazón al considerar esa posibilidad.
Bella se quito los auriculares de sus oídos, apago su reproductor
de MP3 y lo dejó sobre la mesa. Lucho contra la angustia que la llenaba cada
vez que pensaba en él. Ella quería haber estado allí y hacer guardia frente a
su puerta, para protegerlo, cuando se dio la orden de registro. Le debía eso y
mucho más. Ella le había rogado al policía Helio, pero este se había negado.
Ella no era policía y le dijo que no correría el riesgo de perder su testimonio
en contra de Mercile.
-"Mierda", maldijo ella.
No podía olvidar la mirada de esos ojos negros en el rostro del
416 cuando le había abandonado ese día dentro de su celda o la forma en que le
gruñó. Ella sólo había querido salvar su vida, pero él ahora nunca sabría por
qué le había inculpado por la muerte que técnico. Él habría pensado que ella
era un monstruo cruel. Las lágrimas la cegaron, pero las parpadeó rápidamente.
Había llorado demasiado desde ese horrible día en el que le había dejado en el
suelo.
Su teléfono sonó, la asusto. Su móvil era su único contacto con el
mundo exterior. Se había distanciado de sus amigos y familiares. Toda su vida
cambio durante esos meses en los que trabajo en esas instalaciones de pruebas.
Ya no toleraría que sus padres la usaran como un arma en su propio divorcio.
Había demasiados problemas con el mundo como para malgastar su tiempo con
ellos.
Ahora su vida estaría centrada en ayudar a las nuevas especies.
Eso le daría la oportunidad de corregir su error. Le daría sentido a su vida y
eso es lo que más necesitaba. Ella contestó el teléfono al segundo timbrazo.
-"Bella Swan".
-"Señorita Swan, soy Cody de seguridad. Llamo para informarla
que cuatro mujeres que deberían ser alojadas en el hotel están aquí. "
"Estoy de camino a la puerta." Ella colgó.
Maldita sea. Los medios de comunicación habrían descubierto de
alguna manera que cuatro de las mujeres rescatadas, se encontraban en la zona.
El Protocolo decía que si un vuelo llegaba en la noche, las víctimas debían ser
colocadas en un hotel con guardias y ser trasladados al Homeland al día
siguiente.
La Seguridad había considerado que era más fácil protegerlas, si
las ocultaban dentro de un hotel. No habían sido tan inteligentes como habían
pensado. Sólo esperaba que las mujeres no estuvieran demasiado traumatizadas.
El mundo real ya era bastante aterrador para los sobrevivientes. No necesitaban
a su alrededor a los buitres de los periodistas con sus preguntas y sus
cámaras.
Le llevo unos pocos segundos ponerse los zapatos y coger su
tarjeta de seguridad. Bella salió de su habitación y deliberadamente evito el
ascensor. Se movía demasiado lento para su paciencia. Ella bajo corriendo los
tramos de escaleras hasta la entrada.
El vidrio de las ventanas eran claros y fuertes. Vio a cuatro
mujeres que se acercaban a la entrada con dos guardias llevando cuatro maletas.
Ella aumentó su ritmo. Cody Parks, el jefe de seguridad la saludó con una
sonrisa.- "Buenas noches, Sra. Swan. Siento llegar tan tarde con nuestras
nuevas residentes".
Bella le sonrió y dirigió su atención a las mujeres. La más baja
de las cuatro media por lo menos seis pies de altura. Ya habían diez mujeres
que vivían en la residencia, todas eran altas y también musculosas. Bella se
sentía baja y pequeña en comparación con ellas. Su sonrisa se ensanchó mientras
miraba a cada una de ella, pero ninguna le devolvió el gesto. Se veían
cansadas, enojadas y de mal humor. La compasión brotó dentro de Bella.
-"Bienvenidas a vuestro nuevo hogar." Hablo Bella en voz
baja. -"Sé que habéis pasado por muchas cosas, pero aquí estaréis a salvo.
Soy Bella, vuestra encargada. "Dos de las mujeres fruncieron el ceño. Una
mujer, la más alta y la más pequeña la miraron.
La cuarta, una rubia, pregunto.-"¿Nuestra qué?"
-"La encargada del edificio. Es sólo un título", explicó
Bella rápidamente.- " Yo soy a la que acudes si tienes problemas, si
tienes alguna pregunta o si necesitas algo. Yo estoy aquí para ayudaros en todo
lo posible. Podréis hablar conmigo de cualquier cosa y siempre os
escuchare".
-"como un médico de cabecera", soltó la mujer morena mas
baja.
-"No", la corrigió Bella. -"Tengo las habilidades
básicas de una enfermera, pero no soy médico. Sé que todas tuvisteis que ver a
demasiados médicos. Yo también y los odio."Ella se mostró simpática.
-"Os voy a mostrar vuestras habitaciones y daremos un breve recorrido por
la residencia. "
-"Señorita Swan, "las interrumpió Cody Parks.
Bella volvió su atención a él mientras las mujeres entraban por
las puertas. Se quedaron mirando hacia la sala de estar. Sabía que necesitarían
unos minutos para orientarse.
-"¿Sí?"
-" Dentro de veinte minutos hay una reunión. Pidieron que
estuvieras presente ya que estás a cargo del alojamiento de las hembras. El
jefe del nuevo consejo exigió ser informado completamente sobre este lugar. Él
quiere asegurarse de que su pueblo no están siendo maltratado de ninguna forma.
Él acaba de aceptar ese cargo y necesita quedarse tranquilo. ".
La consternación lleno a Bella. -"Pero es muy tarde. Me gustaría
primero ayudarlas a establecerse y necesitare más tiempo para eso. "
-"Entiendo, pero se presentó con ellas y dijo que era
importante." Sostuvo la mirada de Bella.- "Es primordial que sepan
que estaremos en esto con ellos hasta el final. Sera mas fácil para ellos
transferirlas aquí si él no esta está preocupado. "
Ella vaciló. Las nuevas especies habían sido separadas después de
ser puestos en libertad y enviados a diferentes lugares seguros, hasta que
finalmente El Homeland pudiera aceptarlos como a un gran grupo .Este sería su
hogar permanente en el futuro. El tipo tenía válidas razones para preocuparse
por la seguridad y el bienestar de su pueblo.
-"Por supuesto. Voy a ocuparme de ellas y estaré allí. ¿El
encuentro se celebrara en la sala de conferencias de la oficina principal?
"
Él asintió con la cabeza. Bella cerró la puerta y las cerraduras
automáticas se cerraron. Aunque la seguridad aquí era estricta, nunca lo seria
demasiado, no después de la forma en la que los medios de comunicación abordaron
a los supervivientes de aquellas instalaciones de pruebas.
Siempre estaban tratando de romper la seguridad del perímetro para
obtener algunas imágenes de las víctimas. El gobierno había iniciado el proceso
de la implementación de una ley para prohibir a los medios que revelaran sus
fotografías y así poder proteger a la nueva especie. Eran las víctimas y tenían
el derecho de ser protegidos de la prensa.
También había gente que los odiaban, gente que no creían que la
nueva especie deberían ser considerados seres humanos con derechos, esa gente
se oponía a que se les diera un hogar y se congregaban en grupos de protesta,
en las puertas del Homeland.
Ella se encamino a la planta baja del edificio en la que se
encontraba la sala de estar para las reuniones, dos grandes salas de estar, una
cocina espaciosa, un comedor que podría albergar a cincuenta personas a la vez,
un cuarto de baño grande con cuatro aseos y una biblioteca completa. En la
segunda y tercera planta estaban ubicados los minisapartamentos.
Cada uno de ellos contenía un pequeño dormitorio, un salón, un
baño privado y una pequeña cocina.
Bella llevó a las mujeres a los apartamentos de la segunda plata y
las situó una enfrente de otra .Ellas tenían miedo aunque no lo admitieran y se
sentirían mas seguras si estaban unas cerca de las otras.
Bella sabía que esas mujeres habían pasado por situaciones
horribles y que ahora se veían envueltas en un una vida totalmente extraña. La
libertad podría ser una experiencia aterradora para ellas después de una vida en
esas instalaciones.
-"Si tenéis hambre, hay bebidas frías y alimentos dentro de
esa caja de metal junto al fregadero." Ella no lo llamó frigorífico. Sabía
perfectamente que ellas no sabían lo que era.
-"Hay otras diez mujeres aquí en el segundo piso, por lo que
si escucháis ruidos, por favor no se alarmen. Son de diferentes lugares.
"de otras instalaciones, pensó. -"Pero ellas son de vuestro pueblo.
El edificio está protegido y no podrá entrar nadie que no deba estar aquí.
Estaréis completamente seguras."
Las mujeres que estaban en el pasillo, la observaron como si ella
fuera un insecto. Bella suspiró, por desgracia, ya estaba acostumbrada a eso.
No se fiaban de nadie que no hubiera sido creado como un experimento de prueba.
-"Estaré en el tercer piso cuando regrese de la reunión a la
que debo asistir. El número de mi habitación esta puesto en la pared del
ascensor. Si necesitáis cualquier cosa o si tenéis alguna pregunta, buscadme.
Yo estoy aquí para ayudaros y quiero hacerlo. ¿Alguna pregunta antes de que me
marche? "
Ninguna de las cuatro mujeres hablo. La más alta se giró sobre sus
talones para entrar en una de las habitaciones que Bella acababa de mostrarles.
Las otras la siguieron y la puerta se cerró firmemente en la cara de Bella. Las
mujeres no querían nada de ella, pero esperaba que eso cambiara con el tiempo.
Bella miró a sus zapatos, no eran parte del uniforme del equipo,
tampoco los capris negros de algodón, ni la camiseta sin mangas de color azul
claro. Llevaba el pelo recogido en una cola de caballo. Sabía que probablemente
debería cambiarse de ropa y ponerse algo más profesional, pero una mirada a su
reloj le aseguró que no tenía tiempo suficiente para ello.
Ella tendría que correr para llegar a tiempo a la reunión.
Bella bajo rápidamente las escaleras. Las oficinas principales se
encontraban en la parte delantera del Homeland. Todos los dormitorios del
edificio tenían asignados coches de golf. Bella se dirigió hacia las plazas de
aparcamiento y apagó el motor. Echó un vistazo a su reloj y soltó una
maldición, estaba segura que llegaba tarde. Cody no le había dado una hora
exacta, pero los veinte minutos ya habían pasado. Corrió hacia las puertas
dobles delanteras y paro cuando vio al guardia de seguridad armado. Ella no lo
conocía, todavía.
-"Hola. Soy Bella Swan. Soy la encargada de los dormitorios
de la casa femenina. Cody Parks me dijo que tenía que asistir a esta reunión.
"
El hombre se puso tenso y mientras la miraba su mano agarró el
arma que llevaba en la cadera, Bella lentamente metió la mano en el bolsillo de
su pantalón para sacar la tarjeta de seguridad. Una tarjeta que le abría las
puertas y que llevaba su foto que la identificaba como empleada. Se acerco y se
la ofreció para que pudiera inspeccionarla. El guardia aceptó su tarjeta, la
examinó cuidadosamente y luego se la devolvió.- "La reunión es en la
segunda habitación de la izquierda. ¿Está familiarizada con este lugar Sra.
Swan? "
-"Sí, lo estoy. Gracias".
Bella paso junto al hombre y entro. Corrió por el pasillo y se
dirigió a las puertas dobles donde no había guardias apostados. Agarró el
mango, abrió la pesada puerta y entró. La oscuridad de la habitación la
sorprendió. Las luces del techo estaban apagadas y sólo estaban encendidas
algunas en las paredes. No podía ver bien, pero el rumor suave de muchas voces
le aseguró que la habitación estaba llena de gente.
Dos guardias de seguridad se volvieron al instante y agarraron sus
armas. Sabía que se habían alarmado a pesar de sus sonrisas. Levanto las manos
para mostrarles que no llevaba otra arma que no fuera su tarjeta de seguridad.
La habitación se quedó en completo silencio. No retiro su atención
de los dos hombres que seguían agarrando sus armas.-"Soy Bella Séanla
encargada de la residencia y vengo en son de paz".
Ninguno de los dos guardias sonrieron ante su broma. Un guardia se
mantuvo con la mano en la pistola mientras que el otro se acercó para agarrar
la tarjeta de su mano. Ella no se movió mientras él la examinaba y luego le
asintió.-"Toma asiento. Llegas tarde. "Le devolvió la tarjeta de
nuevo.
Bella tomó su placa y la devolvió a su bolsillo. Pasó entre ellos
y miró a los que estaban dentro de la habitación. Darren Artino, el jefe de
Seguridad del Homeland y el Director Boris también estaban presentes. El
director le frunció el ceño mientras se acercaba a ellos, sabia que le estaba
mostrando su desaprobación por cómo iba vestida.
-"No tuve tiempo de cambiarme", explicó.-"Tenía
solo veinte minutos para instalar a cuatro mujeres y llegar aquí. No me
avisaron de su llegada hasta estuvieron en la puerta. "
Las líneas de tensión alrededor de la boca director Boris se
disminuyeron.-"Está bien, Bella. La próxima vez procura vestirte
adecuadamente. Te ves como si acabaras de salir de un gimnasio. "
-"lo se", admitió. -"¿Podrías encender las luces de
arriba? Esta muy oscuro aquí dentro. "
-"No." el director Boris suspiró. -"Algunos de los
miembros del consejo lo prefieren así."
Bella instantáneamente lo entendió. Le informaron que algunos de
los sobrevivientes habían pasado años encerrados en celdas oscuras, por lo que
padecían demasiada sensibilidad a la luz brillante. Había adaptado algunos de
los apartamentos con reguladores de luz para este tipo de sobrevivientes e
incluso les había dejado gafas de sol dentro de las habitaciones para que
pudieran llevarlas en las zonas comunes de la residencia.
Pasó mucho tiempo estudiando las necesidades de las nuevas
especies. Quería hacer tan bien su trabajo que se había convertido en una
obsesión para ella. Reconoció algunas de las caras que se encontraban más cerca
de ella. Ella sonrió a Mike Torres, el encargado de los dormitorios de los
machos, cuando él le guiñó un ojo. Parecía un buen chico, tenia unos treinta
años y había coqueteado con ella durante su primera reunión y le dio un rápido
resumen de sus funciones como encargada de la residencia de mujeres.
Zort Dominic le asintió secamente. Su trabajo, consistía en el
mantenimiento de los departamentos y en la contratación de los trabajadores.
Capto un movimiento por el rabillo del ojo y llamo su atención. Se
dio la vuelta. Alguien se movía en su dirección desde el otro lado de la
habitación, pero al estar rodeado por un grupo de hombres más altos, no le pudo
identificar.
-"¿Bella?" El director Boris atrajo su atención de nuevo
hacia él.- "Vamos a sentarnos allí."
-"Por supuesto." Dio un paso para seguir al director
Boris.
-"Tu", gruñó una voz masculina detrás de ella.
Bella trató de girarse para ver a quién pertenecía esa voz, cuando
alguien la agarro. Ella soltó un grito de asombro cuando su cuerpo fue
levantado del suelo por unos brazos fuertes. Un dolor le atravesó la espalda y
le hizo expulsar el aire de sus pulmones. Sus ojos se agrandaron cuando de
repente se encontró con el rostro enfurecido del... 416.
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